La astrología tiene una gran aspiración, nada menos que desentrañar las señales del camino de la vida. Parte de la convicción de que observando el estado del cielo se puede comprender por resonancia nuestro estado interior. No es exactamente un arte adivinatorio, se trata de una verdadera herramienta de autoconocimiento. Así, la carta astral puede entenderse como el mapa del territorio que cada individuo debe transitar en función de sus aptitudes y decisiones.
El mapa celeste de nuestra vida
Para la astrología, nacer en un lugar y en un instante determinado tiene una clara influencia en el carácter, la sensibilidad, las capacidades y las dificultades de las personas. El estudio astrológico, además, puede indicarnos los momentos y las circunstancias críticas con los que tendremos que enfrentarnos en el futuro, considerándolos como períodos de cambio en los que podemos desarrollar nuestras aptitudes y potencialidades.
El buen astrólogo se propone traer claridad a la vida para que actuemos conforme a la naturaleza más profunda. Por eso, puede indicar hacia dónde tenemos que dirigirnos en el camino vital de la existencia. Esta es la razón por la que la astrología es muy útil para todas aquellas personas interesadas en su búsqueda interior.
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